Podcast: El Mes de Sha’bân, La Preparación Para Recibir el Bendito Mes de Ramadân

Podcast: El Mes de Sha’bân, La Preparación Para Recibir el Bendito Mes de Ramadân
Cada uno de nosotros llegó a este mundo sin saber absolutamente nada, luego Allâh le dio la facultad para ir aprendiendo a medida que va creciendo y experimentando en la vida. Hay cosas que se aprenden con experiencia y práctica, como caminar, comer, hablar, nadar, etc. El ser humano las aprende sólo y también de su entorno. Estas cosas, en general, son aquellas que nos ayudan a cumplir nuestras necesidades.
Hoy, con el permiso de Allâh, hablaremos acerca de cómo Allâh, nuestro Señor Altísimo, nos enseña en esta Sûrah que la vida terrenal es una vida pasajera y que no debemos amarrar nuestros corazones a ella. Dice Allâh: “Hemos puesto lo que hay sobre la tierra como un adorno que le es propio para probar cuál de ellos sería mejor en actuar. Y ciertamente haremos que todo lo que hay en ella quede en un suelo árido” [Sûrah Al-Kahf (18), âyât 7 y 8].
Hoy, con el permiso de Allâh, hablaremos sobre Sûrah Kahf (La Caverna) y alguna de sus enseñanzas. En primer lugar, recordaremos lo que dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respecto de que quién memoriza diez âyât del principio de la Sûrah Kahf: “Será protegido del Dayyal (el Falso Mesías)”.
Nunca está demás mencionar la confianza de Ibrahim (‘alaihis-salam) cuando fue arrojado a la hoguera. ¡Qué momento más difícil! Pero no hizo más que decir: “Allâh es suficiente para mí, y Él es Excelente Protector”, y Allah fue suficiente para él.
Sûrah Qaf ¿Qué sabemos sobre esta Sûrah? Basta con saber que es la palabra de Allâh para saber que es grandiosa, pero ¿Qué tanto la hemos recitado? ¿Qué tanto hemos meditado mientras la escuchamos? ¿Qué enseñanzas tomamos de la Sûrah? ¿Qué tanto aumentó nuestro temor ante Allâh al escucharla?
Allâh dice en el Qurân: “¡Oh, humanos! Temed a vuestro Señor Quien os ha creado a partir de un solo ser, del que creó a su esposa e hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres. Temed a Allah, en Cuyo nombre os reclamáis vuestros derechos, y respetad los lazos de parentesco. Por cierto, que Allah os observa.” [Sûrah An-Nisa (4), âyah 1].
Allâh nos puso esta vida para probarnos y para demostrarle quien es el mejor en cuanto a acciones. Parte de esta prueba es que nos creó con debilidades. Todos caemos en el pecado, todos tropezamos en algún momento cayendo en lo que Él prohibió. Como dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Todo hijo de Âdam es pecador, y el mejor de los pecadores es aquel que se arrepiente”.
Un gran mes se avecina. Una visita muy grata, probablemente la más grata para cualquier musulmán. Un mes sumamente esperado con gran expectativa por todos y cada uno de nosotros. Es el mes de la paciencia, el mes del Qurân, el mes del perdón, el mes del ayuno.
En Jutbahs anteriores hemos hablado sobre la importancia del tiempo en general en la vida del creyente, y de cómo este debe sacar el máximo provecho del mismo. El tiempo es el capital que cada ser humano posee hasta cierto punto. Mencionamos como el musulmán debe agradecer a Allâh por el tiempo que le ha obsequiado, invirtiéndolo de la mejor forma posible. Utilizándolo de manera que agrade a su Creador.