Allâh Subhânahu wa Ta’âlâ dice en el Sagrado Qurân: “Quienes teman [Su castigo] y sean pacientes [ante las adversidades] sepan que Allâh no dejará de recompensar a los benefactores” [Sûrah Yûsuf (12), âyah 90].

Allâh Subhânahu wa Ta’âlâ dice en el Sagrado Qurân: “Quienes teman [Su castigo] y sean pacientes [ante las adversidades] sepan que Allâh no dejará de recompensar a los benefactores” [Sûrah Yûsuf (12), âyah 90].
El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Es admirable el caso del creyente! Todo asunto encierra un bien para él y esto no ocurre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la facilidad y es agradecido con Allâh, hay un bien para él. Y si tiene paciencia ante la dificultad, también consigue un bien para él”.
Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) acerca de quiénes son nuestros ejemplos y modelos, nuestras estrellas de hidâyah: “Mis compañeros son como estrellas; cualquiera de ellos que ustedes sigan, estarán guiados”.
Dice Allâh Altísimo en el Sagrado Qurân: “Habrán triunfado los creyentes. Aquéllos que en su salâh están presentes y se humillan. Los que de la frivolidad se apartan (…) Y aquéllos que con lo que se les confía y de sus compromisos son cumplidores. Y los que cumplen sus oraciones. Ellos son los herederos, que heredarán el Firdaus, donde serán inmortales” [Sûrah Al-Mu.minûn (23), âyât 1 a 11].
“No hay algo que dejes por Allâh, Sin que Allâh te lo cambie por algo mejor”. La vida del Profeta Ibrahim (‘alaihis-salam) es una manifestación clara de este dicho, la vida del Profeta Ibrahim (‘alaihis-salam), por donde la miremos, está llena de luz, guía y lecciones para la Ummah hasta el día del Juicio final. Ibrahim (‘alaihis-salam) pasó prueba tras prueba desde su juventud hasta su vejez, pero nunca desconfió de Allâh.
El Islam le da gran importancia al trabajo, incluso lo pone junto a la buena intención de la persona extrayéndolo de las costumbres cotidianas al plano de la adoración de Allâh, el Señor del Universo. El Islam no hace diferencia entre los actos de adoración como la oración y entre las obras de la vida como procurarse el sustento, el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Quien llega a la noche agotado por procurarse el sustento, habrá sido perdonado sus faltas”.
Queridos hermanos y respetadas hermanas sepan que Allâh ha creado esta existencia y ha creado a las criaturas, siendo estas de cuatro categorías: Una categoría son los que únicamente adoran a Allâh y no cometen actos de desobediencia, estos son los ángeles. Otra categoría son los desobedientes que jamás obedecen a Allâh, estos son los shayâtîn. Otra categoría son los que en ocasiones obedecen y en otras ocasiones desobedecen, estos son los genios y los hombres. La cuarta categoría son los que no tienen capacidad de obedecer ni de desobedecer: y estos son los animales.
El mes de Sha’bân es el octavo mes del Calendario Islámico; se encuentra entre Raÿab y Ramadân, un mes en donde las acciones del hombre son presentadas ante Allâh; un mes en donde nos preparamos para la llegada del mes de Ramadân, pero desafortunadamente olvidamos sus beneficios. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Raÿab es el Mes de Allâh, Sha’bân es mi mes y Ramadân es el mes de mi Ummah”.
Siervos de Allâh, teman a Allâh y obedézcanle. Dice Allâh en Su Libro Sagrado: “¡Oh seres humanos! Temed a vuestro Señor, Que os ha creado de una sola persona, de la que ha creado a su cónyuge, y de los que ha diseminado un gran número de hombres y de mujeres. Temed a Allâh, en Cuyo Nombre os pedís cosas, y respetad la consanguinidad. Allâh siempre os observa” [Sûrah An-Nisâ (4), âyah 1].
Allâh dice también: “¡Apresúrense a alcanzar el perdón de su Señor y así obtener un Paraíso tan vasto como el cielo y la Tierra, el cual está reservado para quienes creen en Allâh y en Sus Mensajeros! Esa es la bendición de Allâh, y Él se la concede a quien quiere. Allâh es poseedor de una bendición grandiosa” [Sûrah Al-Hadîd (57), âyah 21].